La ‘curva de cambio’ derivada del trabajo de Kubler-Ross, describe el viaje emocional interno que las personas experimentan típicamente al lidiar con el cambio y la transición. Este viaje consiste en una serie de etapas que las personas atraviesan: choque y negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Después del «shock» inicial de ser confrontado con un cambio, las personas a menudo se resisten a involucrarse con el cambio, como si trataran de demostrar que el cambio es irreal o innecesario.
¿Quién fue Elisabeth Kubler-Ross?
Esta fase de ‘negación’ puede caracterizarse por una explosión de energía adicional.
Entonces llega un punto en el que aquellos que experimentan el cambio ya no pueden evitar involucrarse con él. En este punto, la negación a menudo da paso a la ira o la culpa. La idea de que «no es justo» puede arraigar y a menudo culpar a otros.
Surgen elementos de negociación y, a medida que el estado de ánimo y el rendimiento disminuyen aún más, la culpa también puede volverse hacia uno mismo. Este es un momento para la empatía y para ayudar a las personas a considerar de manera realista el impacto que los cambios tendrán en ellas individualmente. No trate de minimizar las pérdidas que experimentarán las personas, necesitan saber que el costo del cambio para ellos personalmente ha sido bien entendido.
El «descenso» de la curva de cambio Kubler-Ross
El proceso hasta este punto se ha caracterizado por un impulso para aferrarse a la situación actual o volver a ella. La energía, la moral y el rendimiento pueden fluctuar, pero todos se relacionan con el lado «descendente» de la curva. La comprensión de que todos estos esfuerzos están fallando deja a las personas en su punto más bajo de rendimiento, energía y moral. Confusión, tristeza, incluso depresión son características de este período. La empatía, la escucha activa y las estructuras de apoyo eficaces son necesarias a lo largo de esta fase.
Pasar por este período requiere un punto de aceptación. Es un punto en el que la persona acepta a un nivel más profundo que el cambio está sucediendo y decide enfrentar este «nuevo futuro». Solo entonces podrán empezar a mirar hacia el exterior y explorar nuevas posibilidades.
Después de este punto, las personas comienzan a participar en comportamientos de resolución de problemas. Esto permite a las personas probar nuevos enfoques y, finalmente, integrarlos en su nueva forma de ser.
Apoyar a las personas a través del cambio
Algunos factores que tienden a afectar la longitud y profundidad de la curva de cambio personal, y la probabilidad de emerger con éxito al alza, incluyen:
- Cuán profundamente un individuo se ve afectado por el cambio. Comprender el cambio desde la perspectiva de los demás y cómo puede impactarlos es esencial.
- La confianza personal y la resiliencia del individuo. El apoyo de los gerentes juega un papel vital. Están en mejores condiciones para evaluar cómo es probable que diferentes personas manejen el nivel de cambio esperado.
- Cuánto control o influencia sienten las personas sobre el cambio. Esta es la razón por la que involucrar a la gente lo antes posible, y lo más profundamente posible, mejora en gran medida las perspectivas de un cambio exitoso.