Criar a un adolescente puede ser muy desafiante. Los adolescentes están en un estado de limbo donde están tratando de buscar su propia independencia, pero todavía están bajo la autoridad de sus padres. Están más inclinados a buscar relaciones fuera de su familia y anhelan estar lejos del hogar. El mal humor y las discusiones son generalmente normales durante la etapa adolescente, sin embargo, cuando los adolescentes comienzan a involucrarse en comportamientos imprudentes y muestran signos de violencia y depresión, es importante reconocer que estos no son comportamientos normales. Los adolescentes con problemas retratarán problemas de comportamiento, emocionales o de aprendizaje más allá de los problemas típicos de los adolescentes. Pueden practicar repetidamente comportamientos de riesgo, como violencia, faltar a la escuela, beber, abuso de sustancias, comportamiento sexual, cortarse, robar en tiendas u otros actos criminales. Alternativamente, pueden presentar signos y síntomas de problemas de salud mental como depresión, ansiedad o trastornos de la alimentación. Si bien cualquier comportamiento negativo repetido una y otra vez puede ser un signo de problemas subyacentes, es importante que los padres comprendan qué comportamientos son normales durante el desarrollo de los adolescentes y cuáles pueden indicar problemas más graves.
Signos y síntomas del comportamiento problemático de los adolescentes
- Cambios drásticos en el peso
- Corte
- Escalada constante de discusiones
- Violencia
- Absentismo
- Comportamiento ilegal
- Cambios rápidos en la personalidad
- Disminución en el rendimiento académico
- Consumo constante de alcohol y drogas
- Sentimientos de tristeza, desesperación y soledadcambios repentinos en los amigos y el grupo de compañeros
Establecer límites, reglas y consecuencias: Siéntese con su hijo adolescente cuando ambos estén tranquilos y explíquele la diferencia entre sentir enojo y expresarlo. Está bien estar enojado, pero expresarlo de una manera inaceptable llevará a consecuencias como la pérdida de ciertos privilegios o incluso la participación de la policía. Los adolescentes necesitan límites y reglas, ahora más que nunca.
Trata de entender qué hay detrás de la ira. Su hijo está triste o deprimido? ¿Su hijo se siente excluido? ¿Están siendo intimidados en la escuela? ¿Está pasando algo en sus vidas que está resultando en sentimientos de ira? Trate de descubrir los desencadenantes subyacentes asociados con su comportamiento.
Tenga en cuenta las señales de advertencia de ira y los desencadenantes. ¿Su adolescente con problemas tiene dolores de cabeza o comienza a caminar antes de estallar de rabia? ¿O una determinada clase en la escuela siempre provoca ira? Cuando los adolescentes pueden identificar las señales de advertencia de que su temperamento está empezando a hervir, les permite tomar medidas para enfriarse antes de que su ira se descontrole.
Ayude a su hijo adolescente a encontrar formas saludables de aliviar la ira. Convertir los pensamientos y emociones negativos en habilidades de afrontamiento positivas puede ayudar a su hijo o hija a canalizar su ira hacia algo productivo. Se sabe que el ejercicio libera endorfinas y puede ayudar a eliminar las emociones negativas. Dibujar, pintar, escuchar música o escribir un diario también son estrategias de afrontamiento que se usan para aliviar la ira.
Dale a tu adolescente espacio para retirarse. Cuando su hijo adolescente con problemas esté enojado, permita que se retire a un lugar donde sea seguro refrescarse. No siga a su hijo adolescente y demande disculpas o explicaciones mientras todavía está furioso; esto solo prolongará o intensificará la ira, o incluso provocará una respuesta física.
Toma medidas para controlar tu propia ira. No puedes ayudar a tu adolescente con problemas si también pierdes los estribos. Por difícil que suene, debe mantener la calma y el equilibrio sin importar cuánto lo provoque su hijo. Si usted u otros miembros de su familia gritan, se pegan o lanzan cosas, su hijo asumirá naturalmente que estas son formas apropiadas de expresar su ira también.
Busque terapia profesional tanto para usted como para su hijo adolescente. Un profesional experto en salud mental puede ayudarlo a usted y a su hijo adolescente a superar los problemas subyacentes que causan este comportamiento poco saludable. También pueden diagnosticar cualquier enfermedad mental, si está presente, y enseñarles a usted y a su hijo estrategias de afrontamiento positivas para superar los patrones de pensamiento negativos. Su médico de familia o pediatra debe poder proporcionarle una remisión a un terapeuta en su área.