Sin importar su ubicación, ya sea en la cadera, el estómago, el pecho, la espalda, la cara o las extremidades, la naturaleza del piercing microdérmico debajo de la superficie lo hace significativamente más difícil de quitar que un piercing de superficie tradicional. Ya sea que el piercing sea nuevo o viejo, es posible que desee quitar el ancla microdérmica, la pequeña placa implantada que sostiene las joyas en su lugar, debido a una reacción alérgica o infección, por razones estéticas, o porque el ancla puede interferir con procedimientos médicos como radiografías, cirugía, una resonancia magnética o una tomografía computarizada. No intentes quitarte uno en casa. Cuando llegue el momento de que el microdérmico se vaya, pídale a un perforador profesional con licencia o a un médico que retire el ancla.
Consejos
Antes de hacerse un piercing microdermal, comprobar las credenciales del perforador. Elija un profesional de modificación corporal con mucha experiencia en microdermia para minimizar las probabilidades de infección o rechazo, reduciendo a su vez la posible necesidad de extirpación.
En algunos casos, su perforador puede quitar el ancla microdérmica con solo un poco de manipulación de tejidos con las manos y la aplicación de presión, o creando palanca con una aguja perforadora. Si su cuerpo ha rechazado el ancla, es posible que haya migrado hacia la superficie de la piel. En este caso, el perforador puede simplemente girar el ancla para que rompa la piel, lo que permite su extracción. Para anclajes que aún están correctamente incrustados, el experto en modificaciones corporales puede hacer una pequeña incisión con un bisturí o trabajar el ancla con un par de pinzas.
En cualquier caso, el procedimiento comienza con la esterilización profesional del área que rodea el ancla. Para minimizar el dolor, un médico puede administrar un anestésico local, si opta por la extracción en una clínica. Los piercings pueden usar un anestésico tópico. Si no se usa ningún agente anestésico, es natural esperar un poco de dolor. Después de la extracción, las heridas se esterilizan y se cubren con vendas o tiras estériles.
Una vez que se retira el ancla y comienza a sanar, es probable que se produzcan cicatrices mínimas, aunque la extensión de la cicatriz varía según el individuo. Después del procedimiento, siga las instrucciones del perforador o del médico para mantener la herida limpia y seca para promover una cicatrización saludable y minimizar las cicatrices.