La Ley de Asequibilidad de Alquileres es un compromiso que proporciona estabilidad a inquilinos, propietarios, propietarios de viviendas y desarrolladores.
Los inquilinos ya no vivirían con miedo de que sus compañeros de cuarto se fueran o de que el propietario los acosara, y también podrían encontrar alquileres más bajos cuando se mudaran a una nueva unidad.
Los propietarios tendrían flujos de efectivo predecibles y ya no tendrían que pagar de más para comprar un edificio.
Los propietarios de viviendas seguirían dispuestos a alquilar su casa, sin el riesgo de quedarse atascados con un inquilino a largo plazo que paga por debajo de la tarifa del mercado.
Los desarrolladores tendrían 15 años sin restricciones para recuperar el costo de la construcción. Incluso después de 15 años, el aumento del 15% de las vacantes mantendría los alquileres cerca de la tasa de mercado.
La Ley de Asequibilidad del Alquiler es solo una parte de la solución: también necesitamos fondos para Viviendas Asequibles y reformas de zonificación para construir más viviendas.
La Ley de Asequibilidad de Alquileres le da a California más tiempo para resolver la crisis de la vivienda, pero no puede hacerlo solo. Incluso con el control de vacantes de la RAA, durante los próximos 30 años, los inquilinos que entran y salen cada 3-10 años en promedio significa que los alquileres suben entre un 50 y un 100%, incluso más en las ciudades universitarias donde los alquileres son cortos.
Mientras el alquiler a tasa de mercado aumente más rápido que la inflación, la asequibilidad de la vivienda será un desafío.
California necesita más hogares.
Según el número de empleos aquí, California tiene 3,5 millones de hogares menos de los que necesita. Las políticas YIMBY, como la mejora de zonas cerca de empleos y transporte público, pueden abordar este desafío para los californianos de ingresos altos y moderados.
Leer más acerca de cómo California puede agregar 3,500,000 hogares de las ciudades existentes aquí.
Sin embargo, para la clase trabajadora y los californianos de ingresos fijos, muchas casas adicionales necesitan ser viviendas asequibles subsidiadas.
El costo de construcción es tan alto que incluso si se redujeran los costos por unidad de terreno cambiando a una densidad más alta, la vivienda permanecería fuera del alcance. Al igual que subsidiamos la educación pública y la atención médica, también necesitamos vivienda asequible, vivienda social, vivienda pública.
Tanto la financiación como la construcción de viviendas llevarán años, si no décadas. Mientras tanto, los inquilinos todavía necesitan pagar el alquiler, y ahí es donde entra en juego el control de alquileres.