Cómo hacer espinacas a la crema.
Por mucho que las coma el mismísimo Popeye, la mayoría de los niños (y también muchos adultos) no quieren saber nada de las espinacas.
Tienen un sabor característico que no es del gusto de todos, pero para mí esta verdura es un auténtico manjar.
Tanto unos como otros disfrutaréis de lo lindo con esta receta, espinacas a la crema, como ya lo hicisteis con otras recetas, pasta con espinacas y espinacas con gambas y salsa de tomate.
El delicioso plato que os presento hoy se puede degustar de dos formas distintas, por un lado la receta clásica, y por otro con un toque añadido de queso Parmigiano gratinado en el horno.
Una vez preparada podemos congelarla sin problema. Además es perfecta para llevar en tupper al trabajo, y con un toque de calor de microondas o de horno conseguiremos disfrutar de una comida rica y saludable.
Para preparar las espinacas a la crema nos bastarán ingredientes básicos que tenemos siempre en casa, ya que la receta se basa en acompañarlas con una salsa bechamel.
Una receta con espinacas frescas muy fácil, sana, y rápida de preparar. Espero que os guste y os animéis a prepararla en casa. ¡No os arrepentiréis!
Preparación de las espinacas a la crema
- Las espinacas frescas no debemos cocinarlas demasiado, para aprovechar mejor todas sus cualidades.
- Una de las opciones sería el cocerlas 7-8 minutos, pero yo prefiero rehogarlas en la sartén.
- Con la cocción quedan menos tiernas y más acuosas, por mucho que las escurramos.
- En una sartén grande, vertemos el aceite y lo calentamos a fuego medio.
- Echamos las espinacas frescas y rehogamos, mezclando bien las verduras con el aceite.
- En un primer momento solo veréis un gran montón de espinacas en la sartén, pero no os preocupéis, poco a poco irán disminuyendo su volumen.
- Es importante ir removiendo uniformemente, para que todas queden cocinadas por igual. Su tamaño disminuirá mucho pero mantienen su color verde oscuro intenso.
Preparación de la salsa bechamel
- Una vez en este punto, vamos a preparar una salsa bechamel sobre ellas, con una textura «crema” más suelta que espesa.
- Tamizamos la harina y la espolvoreamos sobre la verdura, al mismo tiempo que vamos mezclando con una cuchara de madera.
- Queremos que se forme el conocido «roux”, como cuando preparamos la típica bechamel. En tan solo 2 minutos tendrá un tono dorado y estará listo.
- Vertemos ahora la leche poco a poco, removiendo sin parar, para que se vaya creando la «crema” deseada.
- Echamos sal, pimienta negra y nuez moscada (opcional), todo al gusto de cada uno.
- Seguimos cocinando hasta que conseguimos una bechamel homogénea, sin grumos y ligeramente espesa, con aspecto de crema.
- Apartamos del fuego y vaciamos la crema con espinacas sobre unos platos o cuencos individuales. Dejamos reposar un par de minutos y servimos caliente en la mesa.
Preparación y presentación final de las espinacas a la crema
- Hasta aquí sería el proceso para la receta tradicional. Si queremos darle un toque más sabroso, la otra opción sería con queso y gratinadas al horno.
- Para esta opción es mejor echar toda la crema con espinacas en una sola fuente. Rallamos queso Parmesano (u otro similar que os guste) directamente sobre la crema.
- Precalentamos el horno a 180º C durante 5 minutos. Introducimos la bandeja con nuestras espinacas en la parte de arriba con la función grill o gratinadora durante otros 5 minutos.
- Son suficientes para que el queso se funda y adquiera un tono dorado y crujiente.
- Tenemos que controlar que no se nos queme, queremos que nos quede una capa con tono dorado y a la vez, crujiente.
- Retiramos del horno y servimos tal cual, muy calentita en la mesa.
Aunque preparada de esta forma, con salsa bechamel y queso, es una buena manera de introducir la verdura a los más peques de la casa.
Si aún así no lo tenéis claro, os dejo un paso a paso en fotos de esta receta de espinacas a la crema. No os perdáis detalle.
Consejos para unas espinacas de rechupete
- La espinaca es una verdura con unas cualidades nutricionales impresionantes. Rica en vitaminas, fibras y minerales, también nos aporta proteínas, su cantidad de grasa es mínima y es un excelente antioxidante.
- Las variedades que más se producen son las de «hoja rizada” y las de «hoja lisa”. Éstas últimas son las que se emplean para congelar y enlatar.
- Su mejor época para el consumo es en temporada de invierno y primavera.
- También encontraréis la «espinaca baby” de hoja lisa y pequeña, ideal para ensaladas dado su sabor más dulce.
- Cuando vayáis a comprarlas escoged las que presenten un color verde vivo, fresco y con tallos firmes. Desechad las que tengas tonos amarillos o se vean deterioradas.
- Una vez en casa, nos aguantarán unos 6-7 días en el frigorífico guardadas dentro de una bolsa de plástico. Para congelarlas podéis optar por hacerlo en crudo o tras un ligero y breve escaldado.