Falacia definitoria
Las falacias son errores o trucos de razonamiento. Llamamos a una falacia un error de razonamiento si ocurre accidentalmente; lo llamamos un truco de razonamiento si un orador o escritor lo usa para engañar o manipular a su audiencia. Las falacias pueden ser formales o informales.
Ya sea que una falacia sea un error o un truco, ya sea formal o informal, su uso socava la validez y solidez de cualquier argumento. Al mismo tiempo, el razonamiento falaz puede dañar la credibilidad del orador/escritor y manipular indebidamente las emociones de la audiencia/lector.
Falacias formales
La mayoría de las falacias formales son errores de lógica: la conclusión en realidad no «se deriva de» (no está soportada por) las premisas. Las premisas son falsas o el argumento no es válido. A continuación se muestra un ejemplo de un argumento deductivo no válido.
Premisa: Todos los osos negros son omnívoros.
Premisa: Todos los mapaches son omnívoros.
Conclusión: Todos los mapaches son osos negros.
Los osos son un subconjunto de omnívoros. Los mapaches también son un subconjunto de omnívoros. Pero estos dos subconjuntos no se superponen, y ese hecho hace que la conclusión sea ilógica. El argumento no es válido, es decir, la relación entre las premisas no respalda la conclusión.
Reconocer falacias formales
«Los mapaches son osos negros» es instantáneamente reconocible como falaz y puede parecer demasiado tonto para que valga la pena molestarse. Sin embargo, esa y otras formas de lógica pobre se desarrollan a diario, y tienen consecuencias en el mundo real. A continuación se muestra un ejemplo de un argumento falaz:
Premisa: Todos los árabes son musulmanes.
Premisa: Todos los Iraníes son Musulmanes.
Conclusión: Todos los Iraníes son Árabes.
Este argumento falla en dos niveles. En primer lugar, las premisas son falsas porque aunque muchos árabes e iraníes son musulmanes, no todos lo son. En segundo lugar, los dos grupos étnicos son conjuntos que no se superponen; sin embargo, los dos grupos se confunden porque comparten (en gran medida) una cualidad en común. Uno solo tiene que mirar los comentarios en la web para darse cuenta de que la confusión está generalizada y que influye en las actitudes y opiniones sobre la política exterior de los Estados Unidos.
Falacias informales
Las falacias informales toman muchas formas y están muy extendidas en el discurso cotidiano. Muy a menudo implican incluir información irrelevante en un argumento o se basan en suposiciones que, cuando se examinan, resultan ser incorrectas. Las falacias formales se crean cuando la relación entre las premisas y la conclusión no se sostiene o cuando las premisas no son sólidas; las falacias informales dependen más del uso indebido del lenguaje y de las pruebas.
Es fácil encontrar listas bastante bien aceptadas de falacias informales, pero eso no significa que siempre sea fácil detectarlas. Algunos movimientos siempre son falaces; otros pueden ser permitidos dado el contexto.
Usando Ethos, Logos y Pathos para Probar Argumentos para Falacias
Una forma de evaluar un argumento para falacias es regresar al concepto de los tres llamamientos fundamentales: ethos, logos y pathos.
Como recordatorio rápido,
- Ethos es un argumento que apela a la ética, la autoridad y/o la credibilidad
- Logos es un argumento que apela a la lógica
- Pathos es un argumento que apela a la emoción
Una vez que haya renovado su memoria de lo básico, puede comenzar a comprender cómo el ethos, el logos y el pathos se pueden usar de manera adecuada para fortalecer su argumento o para manipular de manera inapropiada a una audiencia mediante el uso de falacias. Clasificar las falacias como falacias de ethos, logos o pathos le ayudará a comprender su naturaleza y a reconocerlas cuando las encuentre. Sin embargo, tenga en cuenta que algunas falacias pueden encajar en múltiples categorías.
Las falacias del ethos se relacionan con la credibilidad. Estas falacias pueden injustamente construir la credibilidad del autor (o sus aliados) o atacar injustamente a la credibilidad del autor del oponente (o sus aliados). Algunas falacias dan una ventaja injusta a los reclamos del orador o escritor o una desventaja injusta a los reclamos de su oponente. Estas son falacias de logos. Las falacias del patetismo se basan excesivamente en apelaciones emocionales, vinculando asociaciones positivas al argumento del autor y negativas a la posición de su oponente.
Conclusión
Las falacias formales e informales son errores de razonamiento, y si un orador o escritor se basa en tales falacias, incluso sin querer, socava su argumento. Por ejemplo, si alguien define un término clave en su argumento de una manera ambigua, vaga o circular, su argumento parecerá muy débil para una audiencia crítica.
Además, cuando los oyentes o lectores detectan razonamientos cuestionables o intentos injustos de manipulación de la audiencia, más que su evaluación del argumento del autor (logos) puede verse comprometida. Su evaluación de la credibilidad del hablante (ethos), y tal vez su capacidad de conectarse con ese hablante a nivel de valores compartidos (pathos), también puede verse comprometida. Por lo menos, la presencia de falacias sugerirá a una audiencia que el orador o escritor carece de habilidad argumentativa.