Manejo de la miopatía
En la mayoría de los pacientes, los síntomas de miopatía inducidos por el tratamiento con estatinas se resuelven con relativa rapidez; sin embargo, los resultados del estudio PRIMO mostraron que la resolución de los síntomas puede tardar hasta 2 meses. Hay pruebas limitadas con respecto al tratamiento de la miopatía asociada a estatinas. Si bien la miopatía causada por estatinas puede ser leve y revertirse cuando se suspende el medicamento, puede presentarse como rabdomiolisis o daño muscular grave. El pilar principal del tratamiento de la miopatía es el cese de la terapia; sin embargo, es prudente que los médicos descarten otras afecciones que pueden causar miopatía y/o elevaciones de CK, como hipotiroidismo, actividad física manifiesta y abuso de alcohol. Los pacientes que presentan rabdomiolisis clínicamente significativa requieren hospitalización e hidratación intravenosa para prevenir el daño renal.
Una vez que los síntomas musculares del paciente se han resuelto, los médicos tienen varias opciones para tratar la dislipidemia de ese paciente, incluido el uso de una dosis más baja de la misma estatina, el inicio de una estatina diferente y/o la utilización de agentes hipolipemiantes sin gelatina. La decisión de reanudar el tratamiento con estatinas debe considerarse cuidadosamente en aquellos pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Recientemente, estudios han evaluado la seguridad y la eficacia al cambiar de una estatina a otra. Estos estudios han demostrado que en pacientes con intolerancia previa a las estatinas, el uso de otra estatina es bien tolerado y eficaz. Si el paciente se vuelve a someter a tratamiento con estatinas y no se puede alcanzar el objetivo de LDL objetivo, se pueden agregar agentes hipolipemiantes no estáticos, como ezetimiba y resinas de unión a ácidos biliares. Una opción alternativa es el uso de agentes hipolipemiantes de nonstatina en lugar de la terapia con estatinas. El uso de fibratos y niacina en monoterapia se ha asociado con miopatía. Por lo tanto, las resinas de ácidos biliares pueden ser la elección óptima en aquellos pacientes sin anormalidades de triglicéridos que no pueden tolerar el tratamiento con estatinas.
Se han explorado alternativas con menor potencial de inducir miopatía, como el uso de fluvastatina de liberación prolongada, dosis bajas de rosuvastatina, dosis de atorvastatina o rosuvastatina cada dos días y rosuvastatina dos veces por semana, aunque estos regímenes no están aprobados por la FDA.
También ha habido interés en el uso de CoQ10, levadura de arroz rojo chino y vitamina D como prevención y/o manejo de la miopatía asociada a estatinas. Los estudios no han mostrado una correlación entre los niveles de CoQ10 intramuscular y la miopatía inducida por estatinas. Además, los ensayos controlados aleatorios que evaluaron el uso de la CoQ10 como prevención arrojaron resultados ambiguos. La NLA no respalda el uso de CoQ10 como tratamiento. La levadura de arroz rojo chino se ha utilizado por sus efectos reductores de LDL. Este agente contiene lovastatina y se ha tolerado en aquellos pacientes con aversión al tratamiento estándar con estatinas. Los estudios clínicos no han arrojado resultados significativos.
Además, el papel de la vitamina D ha sido algo controvertido, ya que los niveles bajos se asocian tanto con mialgia como con una función muscular deficiente. Los estudios que evalúan la suplementación con vitamina D como prevención han sido limitados en su diseño y requieren validación a través de un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo más grande.
Educar al paciente sobre las señales de advertencia y los riesgos de la miopatía puede prevenir complicaciones graves. Si bien muchos pacientes pueden autotratarse sus síntomas con analgésicos o analgésicos, cualquier debilidad muscular repentina inexplicable u otros síntomas deben transmitirse a su médico.