¡Nunca volverás a romper una promesa meñique si conoces su origen ATERRADOR!

La mayoría de nosotros hemos hecho una promesa meñique o al menos hemos oído hablar de ella. Para los no iniciados, una promesa meñique es un acto de entrelazar los dedos meñiques para significar una promesa. ¿Cuántas veces le has contado un secreto a tu mejor amigo y Pinky lo juró?

Incluso durante nuestra infancia, Pinky prometió a nuestros amigos mantener nuestros dulces y secretos a salvo con ellos, ¿no es así? Se dice que esta promesa se originó en Japón y en algunas áreas la gente también besa la palma para sellar el acuerdo. Este juramento se considera la más alta consideración de todas las promesas.
La historia detrás de la promesa meñique
Un posible origen de esta promesa tradicional es Japón, donde se conoce como ‘yubikiri’, que significa «corte de dedos». Supuestamente, la gente en Japón creía que si rompes una promesa de meñique, tienes que cortarte el dedo meñique a cambio. Sí, espeluznante, ¿no? Algunos incluso dicen que esta promesa fue creada por la mafia japonesa, la Yakuza.
Significado de la promesa meñique hoy
Mientras que en los tiempos modernos, especialmente entre amigos cercanos, se ha convertido en una forma informal de mantener una promesa. Aunque, debemos agradecer a nuestras estrellas que esta promesa ya no requiera el sacrificio de nuestro dedo más pequeño, de lo contrario seguramente se habría extinguido. Una cosa es segura, nuestro querido dedo meñique tiene un pasado oscuro.
Alternativa a la promesa de pinky
En caso de que no lo supiera, aquí hay algunas alternativas interesantes a la buena y antigua promesa de pinky.
1. En la antigua cultura hebrea, si una persona quería hacer un juramento o una promesa a alguien, tenía que tocar el muslo de dicha persona y luego solo prometerlo.
2. Escribir un juramento con sangre.
La conclusión
Afortunadamente, durante el período de tiempo, esta extraña tradición se ha convertido más en una palabra de promesa. Así que la próxima vez que pienses en romper una promesa de meñique, quizás quieras reconsiderar esa decisión.

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