Por qué la infidelidad castiga más a las mujeres que a los hombres

Las sociedades occidentales han avanzado en muchos aspectos en cuanto a derechos e igualdad de la mujer, pero hay un asunto donde el estigma de la desigualdad pervive y donde la ola de empoderamiento femenino no parece alcanzar: la infidelidad femenina. El de la mujer infiel parece ser el último tabú generalizado de nuestros tiempos, según revela el Observatorio Europeo de la Infidelidad, un estudio realizado por el instituto de estudios de opinión Ifop para la web de encuentros extraconyugales Gleeden, que confirma que queda mucho para desestigmatizar las relaciones extraconyugales de las mujeres.

¿Por qué, a pesar de movimientos como el #metoo y la equiparación de géneros en tantos ámbitos, aún las sociedades occidentales piensan que el hombre infiel es un tipo envidiado, y la mujer infiel poco menos que «una cualquiera”? Esto es lo que el estudio de Gleeden –web especializada precisamente en público femenino– ha tratado de desvelar a partir de las opiniones de mujeres de los cinco principales países de Europa, incluyendo una muestra de 1.021 españolas mayores de 18 años.

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El cliché según el cual el hombre infiel es un tipo envidiado y la mujer infiel «una cualquiera” sigue arraigado en la sociedad

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Las encuestadas no dejan lugar a dudas: el 77% opina que todavía hoy en día la infidelidad femenina está peor vista socialmente que la masculina. Y, lo más sorprendente, es que esta percepción la comparten en muchos casos las propias mujeres. A nivel europeo, cuatro de cada diez consultadas admite que a ella misma le parece más grave que una mujer tenga relaciones al margen de su pareja que si lo hace un hombre. En el caso de España, «solo” un 30% de las féminas consultadas opina así.

Y hay situaciones y circunstancias concretas en las que la percepción negativa sobre la infidelidad femenina se dispara aún más: un 70% la ve más grave que la masculina cuando la pareja espera un bebé, un 63% cuando la pareja parece feliz, un 61% en casos en que la pareja ya te ha sido infiel, y la mitad de las consultadas cuando el otro miembro de la pareja ha engordado mucho o incluso no quiere tener relaciones sexuales.

La percepción que la infidelidad femenina es más grave la comparten cuatro de cada diez mujeres

El estigma sobre la mujer infiel está tan arraigado que la infidelidad femenina constituye un verdadero tabú. Un 41% de las mujeres asegura que no contarían una infidelidad jamás, ni siquiera a su mejor amiga. No obstante, el freno a hablar del tema parece tener que ver con la edad, puesto que el 79% de las menores de 30 años sí serían capaces de contárselo a su mejor amiga.

Para la mitad de las mujeres es más difícil hablar de una infidelidad que de problemas sexuales con su pareja, y tres de cada diez hablarían antes de sus problemas financieros o de salud que de una relación extraconyugal.

Pero ¿qué consideran las mujeres realmente una infidelidad? En el caso de España, que según el Observatorio Europeo de Infidelidad es uno de los países más avanzados de Europa en la aceptación y práctica de nuevas formas de relación, el 87% de las mujeres etiquetan como infidelidad el sexo oral y las relaciones sexuales completas, y siete de cada diez de ellas lo considera motivo de ruptura. Pero también hay un tercio de españolas para quien flirtear en redes sociales o en mensajes también es infidelidad y motivo de ruptura. Y la mitad de las consultadas piensa que hacer el amor pensando en otra persona es ser infiel, y el 20% dice que dejaría la relación ante una de estas infidelidades psíquicas.

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Un tercio de las españolas encuestadas considera que flirtear en redes sociales también es infidelidad

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Las motivaciones

En cuanto a las razones para ser infiel, el estudio presentado por Gleeden asegura que la mayoría de las mujeres lo son por atracción física o sexual por otra persona, más que por volver a encontrar la magia de los primeros momentos o alimentar su ego. Pero hay diferencias por países, y para las italianas, comprobar que sigue siendo atractiva es uno de los principales motivos para ser infiel.

El cuándo y el dónde

Entre las mujeres que reconocen haber sido infieles, un 32% declara que lo fueron entre el primer y el tercer año de relación; apenas un 8% en torno a los 7-10 años, y un 28% después de más de una década con su pareja.

Y para la mayoría el flirteo que dio lugar a la infidelidad surgió en el trabajo, ya sea en la propia oficina o en una actividad relacionada, como viajes, ferias… Otro foco de «amantes” son los lugares de fiesta, mientras que un 6% recurrió a webs de encuentros.

De todos modos, la mayoría de infidelidades que confiesan las españolas son psíquicas y virtuales, y solo un 38% declara haber tenido encuentros sexuales. No obstante, el 46% admite haberse sentido atraída por otra persona después de estar emparejada, y el 22% confiesa haber flirteado con otra persona.

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La mayoría de infidelidades femeninas tienen su origen en el entorno profesional

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El sentimiento de culpa

Aunque España es uno de países más tolerantes –un 26% de las mujeres admite haber tenido relaciones sexuales con varias parejas sin ocultarlo, frente al 16% de media europea–, también se detecta un arraigado sentimiento de culpa ante la infidelidad, lo que liga con el tabú que persiste sobre las relaciones sexuales femeninas. El 39% de las mujeres se arrepiente de haber sido infiel en algún momento, y el porcentaje ha crecido diez puntos en los últimos cinco años. Y curiosamente, este sentimiento de culpabilidad está más acentuado entre las personas de izquierdas, que inicialmente son más abiertas a hablar de la infidelidad. Cuando los investigadores han revisado las ideologías políticas de las encuestadas han encontrado que un 52% de las mujeres de extrema izquierda se sienten culpables después de la última infidelidad, frente a un 33% de las personas de centro y un 28% de las de centro-derecha.

Y aunque el estigma de la infidelidad femenina es muy transversal, lo cierto es que ser infiel parece pesar menos y tener menos connotaciones negativas entre las mujeres con mayores ingresos, entre aquellas que ganan más de 3.000 euros al mes.

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