Presentamos el Podcast Atlas Obscura

Un viajero que conduce por la solitaria extensión desértica de la autopista US 6 bajo el vasto cielo de Nevada no puede dejar de sentirse pequeño en el gran esquema de las cosas.

Pero a mitad de camino entre Tonopah y Ely, en medio de la nada, este espacio abierto se vuelve aún más vacío. A unas 8 millas de la vía principal se encuentra el Cráter Lunar de 400 acres y 430 pies de profundidad, el inmenso punto focal de un campo volcánico que se extiende a lo largo de 100 millas cuadradas a través de la región. Mirando desde el borde del cráter, esta topografía marcada con virutas parece algo del espacio exterior. Te sientes muy pequeño.

El cráter lunar es lo que se llama un maar, una formación geológica particular que ocurre cuando el agua subterránea entra en contacto con lava. Como la cuenca resultante se parece mucho a un cráter de meteorito, este sitio fue seleccionado como uno de los varios «Sitios Análogos Terrestres» utilizados por la NASA para preparar a los astronautas para las misiones Apolo a la Luna. Usando cámaras montadas en el pecho, astronautas atravesaron con rovers la superficie del cráter, practicando la recolección de muestras de roca y procedimientos de lista de verificación.

Por importantes que sean las listas de verificación en la Luna, también son importantes en la Tierra. Una misión de entrenamiento geológico de la NASA en 1972 casi salió mal debido al aislamiento del Cráter Lunar. Un rover que transportaba a dos astronautas se averió a casi dos millas del resto del personal de campo después de que la transmisión del vehículo se interrumpiera por una piedra suelta. No había radio para comunicarse con el resto de vehículos, que se preparaban para regresar a Tonopah. Si bien Tonopah es la ciudad más cercana al cráter, todavía está a 80 millas de distancia.

Los astronautas varados lo lograron en el último segundo después de que uno de ellos, el comandante John Young, irrumpió en un sprint a través del cráter y logró detener el último auto. Lo bueno, también. No hay necesidad de una noche fría en el desierto cuando la verdadera Luna te espera.

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