Relación Padre-Hijo: Por Qué Es Importante Y Cómo Construirla

Relación Padre-Hijo

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  • Entender la relación entre padres e hijos
  • ¿Por qué es importante una relación positiva entre padres e hijos?
  • Relación entre padres e hijos en varias etapas
  • Tipos de relaciones entre padres e hijos
  • Principios de la relación entre padres e hijos
  • Actividades que ayudan en la vinculación entre padres e hijos
  • ¿Cómo fortalecer una relación entre padres e hijos?
  • Cinco problemas que arruinan una relación padre-hijo

La crianza de los hijos es satisfactoria, pero a veces agotadora. Saca lo mejor y lo peor de una persona. Hacemos todo lo posible, desde probar varios trucos de crianza hasta asistir a talleres de crianza positiva, para criar bien a nuestros hijos.

Pero al final, todo se reduce al tipo de relación que un padre comparte con el niño: cuanto mejor sea la relación, mejor será la crianza. Entonces, ¿cómo puedes fortalecer la relación padre-hijo?

Aquí, le contamos qué es una relación padre-hijo, su importancia y algunos consejos para fortalecer el vínculo entre el hijo y el padre.

Comprensión de la Relación entre padres e hijos

Una relación entre padres e hijos (PCR) es aquella que nutre el desarrollo físico, emocional y social del niño. Es un vínculo único que todos los niños y padres experimentan, disfrutan y nutren.

La relación sienta las bases para la personalidad, las opciones y el comportamiento general del niño. Los estudios sugieren que una relación sana entre padres e hijos conduce a resultados positivos para los niños y la familia (1).

Siga leyendo para conocer la importancia de la vinculación entre padres e hijos.

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¿Por Qué Es Importante Una Relación Positiva entre Padres e hijos?

Padres amorosos crean hijos amorosos. Su relación con sus hijos y lo apegado que está a ellos indica cómo va a estar el niño en el futuro.

Aquí hay algunos resultados positivos de una PCR saludable.

  • Los niños pequeños que crecen con un apego seguro y saludable a sus padres tienen una mejor oportunidad de desarrollar relaciones felices y contentas con los demás en su vida.
  • Un niño que tiene una relación segura con sus padres aprende a regular las emociones bajo estrés y en situaciones difíciles.
  • Promueve el desarrollo mental, lingüístico y emocional del niño.
  • Ayuda al niño a exhibir comportamientos sociales optimistas y seguros.
  • La participación y la intervención saludables de los padres en la vida cotidiana del niño sientan las bases para mejorar las habilidades sociales y académicas (2).
  • Un apego seguro conduce a un desarrollo social, emocional, cognitivo y motivacional saludable (3). Los niños también adquieren fuertes habilidades para resolver problemas cuando tienen una relación positiva con sus padres.

La relación entre padres e hijos no solo debe ser fuerte, sino también flexible, porque no puedes comportarte con un niño de diez años de la misma manera que te comportas con un niño de tres años.

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Relación padre-hijo En Varias etapas

La crianza de los hijos es un trabajo de tiempo completo con beneficios y desafíos que crecen a medida que el niño crece. Aquí, echamos un vistazo a la PCR en varias etapas:

Calor y seguridad para la infancia

En los primeros seis meses, los bebés en su mayoría lloran, comen, duermen, orinan y hacen caca. Y en respuesta, los padres sostienen, alimentan, eructan, cambian y lavan al bebé. De esta manera, los padres se quedan cerca del bebé mientras lo cuidan.

Cuando el bebé tiene hambre, se pone de mal humor. Cuando el padre lo alimenta, las necesidades del bebé se satisfacen y él está feliz. El padre también se siente feliz de poder satisfacer las necesidades del bebé.

Cuando los padres realizan su función principal de crianza, amor y cuidado del niño, se crea una relación entre padres e hijos bien definida y única.

Para su primer cumpleaños, es probable que los bebés desarrollen un vínculo seguro con los padres o el cuidador principal.

La infancia-entrar en la sociedad

Cuando el niño se convierte en un niño pequeño, el enfoque se centra en moldear el comportamiento del niño enseñándole, guiándolo y nutriéndolo. Los padres facilitan sutilmente el proceso de socialización durante los dos primeros años y preparan al niño para encajar en un grupo social o en la sociedad en general.

Preescolar-desarrollo de un estilo de crianza

Surgen diferentes estilos de crianza, con un estilo que se vuelve prominente a medida que el niño alcanza la edad preescolar (4). Sin embargo, no se puede usar un estilo en particular de manera consistente en todas las situaciones; se necesita usar una combinación de estrategias para criar a los hijos. Y la relación padre-hijo se puede describir mejor por el estilo de crianza actual adoptado por los padres.

La investigación muestra que los hijos de:

  • padres con autoridad (5) son confiados, felices y enfocados.
  • los padres autoritarios son infelices, menos seguros y temerosos (6).
  • los padres permisivos carecen de habilidades sociales, son irresponsables y tienen una regulación emocional deficiente.
  • los padres negligentes tienen más problemas de comportamiento y psicológicos que otros jóvenes (7).

Edad escolar — conocer un mundo más allá del hogar

Cuando el niño comienza la escuela primaria, hay un cambio en su enfoque de padres a compañeros, pero esto no cambia la dinámica de la PCR. Con el aumento de las habilidades cognitivas y sociales del niño, va más allá del entorno hogareño.

Este es el momento en que la comunicación se convierte en bidireccional. El niño está en condiciones de decirle al padre lo que quiere, y expresar sus gustos y disgustos. Su estilo de crianza decidirá si la comunicación será bidireccional o unidireccional.

Los estilos de crianza siguen siendo los mismos a medida que el niño crece y el estilo utilizado en la edad preescolar continúa afectando incluso en la edad media de la infancia. Los estudios de investigación indican que en el caso de (7):

  • Crianza autorizada, los niños crecen para ser socialmente competentes y tienen una alta autoestima.
  • Crianza autoritaria, los niños tienen baja autoestima, bajas habilidades sociales y son altamente agresivos.
  • Crianza permisiva, los niños se vuelven impulsivos, agresivos e irresponsables.

Adolescencia-dar espacio personal al niño

Adolescente es una fase turbulenta y vulnerable, que provoca cambios físicos y psicológicos en el niño. Los padres deben reconocer y comprender las necesidades de sus hijos adolescentes, apoyarlos y darles la libertad que necesitan sin ser demasiado controladores.

Ser padres con amor y aceptación adoptando un enfoque positivo incluso en tiempos difíciles puede ser una manera efectiva de guiar a los adolescentes.

Edad adulta: hablar en igualdad de condiciones

La edad adulta es el momento en que comienza a establecerse la estabilidad. El padre y el niño adulto ahora pueden relacionarse entre sí. Los hijos adultos a veces se debaten entre sus padres personales y ancianos. Puede ser muy estresante equilibrar las dos cosas. Sin embargo, la mayoría de los adultos mantienen una relación saludable con sus padres.

Los requisitos y las prioridades de una familia son diferentes de los de otra. Por ejemplo, el vínculo que comparte con su hijo puede no ser el mismo que el que su amigo comparte con su hijo. Esto significa que su tipo de vínculo padre-hijo es diferente al de su amigo.

Entonces, ¿cuál es su tipo de vínculo?

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Tipos De Relaciones Padre-hijo

Los tipos de relación puede depender de su estilo de crianza. Una PCR se puede clasificar ampliamente en las siguientes (8):

Relación segura:

Los niños se sienten seguros con sus padres/cuidadores y creen que serán atendidos. Se forma una relación segura cuando los padres responden constantemente a las necesidades de sus hijos.

Los niños que disfrutan de una relación segura con sus padres tienen más probabilidades de ser independientes y seguros de sí mismos más adelante. Interactúan bien socialmente y son más capaces de regular sus emociones.

Relación evitativa:

Los niños se sienten inseguros porque los padres no responden a sus necesidades. Se ven obligados a ser independientes y a cuidar de sí mismos como niños.

Un apego inseguro entre padres e hijos conduce a problemas de desarrollo y adaptación, así como a problemas de comportamiento como morder, empujar y golpear.

Los niños que experimentan esta relación tienen más probabilidades de tener habilidades sociales deficientes (por ejemplo, abstinencia o agresión) y tienden a ser desobedientes e impulsivos.

Sin embargo, esto no implica que estén destinados a fracasar en la vida. El cambio ciertamente puede ocurrir a medida que el niño crece.

Relación ambivalente:

Las necesidades del niño a veces se satisfacen y a veces no. Los padres responden, pero no de manera consistente.

Por ejemplo, es posible que el padre no responda de inmediato a un niño que tiene hambre o llora, ya que está ocupado con el trabajo. Pero podrían responder después de algún tiempo. Estos niños crecen para ser pegajosos y tienden a ser demasiado emocionales.

Relación desorganizada:

En esta relación, los padres descuidan las necesidades de los niños y los niños aprenden a no esperar nada de sus padres. En tales casos, es probable que uno o ambos padres sufran de afecciones psicológicas.

Estos niños participan en actividades sin sentido y se comportan de manera inusual. Algunos de ellos tienden a hablar rápido y hacen que sea difícil para la otra persona comprender su habla o comportamiento.

Entonces, ¿se ha relacionado con uno de estos tipos? ¿Y te habrás dado cuenta de qué tipo es mejor que los otros?

Para desarrollar un mejor vínculo, debe seguir ciertos principios básicos de la crianza de los hijos, que analizaremos a continuación.

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Principios de la Relación Padre-Hijo

No hay una «talla única» cuando se trata de la crianza de los hijos. Sin embargo, los siguientes principios sientan las bases para una crianza positiva:

  1. Establezca algunas metas de crianza: Ya sea que desee criar a un niño sano y disciplinado o tener una relación saludable entre padres e hijos, identifique sus metas y comprenda lo que necesita hacer para alcanzarlas.
  1. Aporte calidez y estructura a sus interacciones: Trate cada interacción como una oportunidad para conectarse con su hijo. Sea un padre cálido y receptivo, que fomente la interacción. Estructure su interacción estableciendo reglas, límites y consecuencias y asegúrese de que sus hijos las entiendan.
  1. Las reglas básicas son imprescindibles: Las reglas básicas le dicen a sus hijos cómo y cómo no comportarse. Las reglas deben establecerse discutiendo con el niño, llegando a un punto medio entre las necesidades de los padres y las del niño. Puede implementar firmemente tales reglas que sean cómodas y significativas para ambos. Pero tener demasiadas reglas no es una buena idea.

  1. Reconocer y empatizar con su hijo: Ya sea que se trate de una situación feliz o difícil, reconozca los sentimientos de su hijo, entiéndalos y asegúrele que puede depender de usted para resolver todos sus problemas.
  1. Adopte un enfoque de resolución de problemas para los conflictos: Cuando su hijo tenga un problema, trate de buscar una solución en lugar de castigarlo. Los castigos desmoralizan a su hijo y pierden la confianza en usted. Pero cuando trabajas con ellos para encontrar una solución, también aprenden.

Estos principios pueden guiar a los padres a un nivel macro. ¿Qué pasa con las interacciones cotidianas? ¿Cómo puede fortalecer su vínculo con su hijo a través de las rutinas diarias?

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Actividades que Ayudan a crear Vínculos entre Padres e Hijos

Formar una conexión con su hijo es el quid de una PCR saludable. Y cuando la conexión está establecida, sus hijos tienden a seguir las reglas voluntariamente. Una manera de fortalecer su vínculo con sus hijos es enseñar interacciones positivas en su rutina diaria. Así es como puede hacerlo:

  1. Refuerce positivamente a sus hijos todos los días: Puede ser con palabras «muy bien» o un gesto físico como una palmadita en la espalda o un abrazo. Vea lo que funciona para el niño. La experiencia del contacto interpersonal temprano está vinculada con la autoestima, la satisfacción con la vida y la competencia social en los últimos años del niño. También afecta positivamente el desarrollo físico y psicológico del niño (7).

Abrace a sus hijos cuando se despierten por la mañana y antes de dormir por la noche, y tantas veces como pueda durante el día. Frote sus hombros, mantenga contacto visual y acaricie su espalda para demostrarle que le importa.

Es posible que a los niños mayores no les guste el contacto físico o que se sientan avergonzados cuando los abrazas delante de sus compañeros. No los fuerces. Sé sutil y hazles entender que abrazarse para mostrar afecto y amor no es algo malo.

  1. Juegue con ellos: Conviértase en un niño cuando juegue con sus hijos. Esto les permite cooperar con usted. Disfrute de actividades como la construcción de juegos de Lego o juegos de fantasía con los más pequeños, o haga pareja para videojuegos o un juego de baloncesto/cricket.
  1. Reímos juntos: La crianza de los hijos no siempre tiene que ser seria. Compartir unos momentos más ligeros ayuda a crear grandes recuerdos.
  1. Tenga una interacción individual: Tómese un tiempo de su horario diario para interactuar con ellos sobre sus necesidades y cómo planean satisfacerlas. Ten un poco de tiempo para padres e hijos todos los días para expresar tu amor por ellos, jugar con ellos y hacer algo juntos.

  1. Vive el momento: Desde el momento en que tus hijos se despiertan hasta que los acuestas, ¿con qué frecuencia vives tus momentos? No se apresure en su horario diario como si fuera una tarea pendiente. Estar presente, disfrutar y vivir el momento. No puede haber nada más satisfactorio que eso.
  1. Nutre el vínculo: Sí, pequeños gestos, como cepillarse el cabello de su hijo, ayudan a nutrir el vínculo. Por lo general, a los adolescentes o preadolescentes no les gusta cuando intentas hacerlo, pero si puedes hacerlo con niños más pequeños. Es posible que no se molesten e incluso pueden estar de acuerdo con ello.Guarde sus aparatos: Cuando interactúe con sus hijos, asegúrese de que su teléfono móvil esté apagado o encendido en modo silencioso, la televisión esté apagada y otros aparatos fuera de la vista. Este pequeño gesto muestra que los valoras más que a los demás y puede ayudar a fortalecer el vínculo.
  1. Hablar y abrazar a la hora de acostarse: La hora de acostarse debe ser relajada y no forzada. Debe ser un momento seguro en el que es probable que sus hijos se abran sobre sus miedos y preocupaciones. Escúchalos y reconoce sus sentimientos para asegurarte de que estás ahí para que resuelvan sus problemas.

Cuando introduzcas estas actividades en tu rutina diaria, sin duda sentarás las bases para una relación saludable. Una vez que se sienta una base sólida, puede trabajar para fortalecer el vínculo.

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Cómo Fortalecer la Relación Padre-hijo?

De acuerdo con la American Psychological Association, una relación de alta calidad entre padres e hijos es importante para un desarrollo saludable (8). Para tener una PCR saludable, los padres deben ser receptivos, confiables y amorosos. Estos son algunos consejos para fortalecer la relación:

Cómo Fortalecer la Relación entre Padres e Hijos

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  1. Empezar desde el principio: Las madres forman un vínculo con el niño desde el útero mientras que el padre e hijo el vínculo comienza en el momento en que nace el bebé. Los estudios (8) sugieren que los padres que estuvieron involucrados con el niño en los primeros días tuvieron un mayor vínculo más adelante en la vida.
  1. Invierta tiempo y esfuerzo: Cuanto más tiempo y esfuerzo ponga en su relación, más fuerte será su vínculo. Los padres están programados naturalmente para amar a sus hijos, pero el tiempo y el esfuerzo cualitativos son esenciales para mostrar ese amor. Los adolescentes necesitan privacidad, mientras que los niños más pequeños necesitan la intervención e interacción de los padres.
  1. Priorizar su relación con el niño: Sus hijos son su prioridad. Por lo tanto, muéstraselo en acción: pasa todo el tiempo que puedas con tu hijo en lugar de «ajustarlo» en tu horario.

  1. Estar disponible: Ser receptivo a las necesidades físicas y emocionales de su hijo. Es importante estar atento, amar y ver las cosas desde la perspectiva del niño.
  1. Empatizar: Ayude a sus hijos a expresar sus emociones. Sé empático y compasivo y déjalos desahogar sus emociones. Esto puede no ser fácil cuando eres un padre primerizo, pero un poco de práctica ayuda. Ver las cosas desde la perspectiva de su hijo le ayudará a entender las razones de su comportamiento de mal humor.
  1. Comunicación: La comunicación con su hijo tiene que ser justa, firme y amigable. Sea claro acerca de sus expectativas, lo que pueden esperar de usted y cualquier regla básica y consecuencias por no seguirlas. Dicho esto, no dejes que el niño te presione los botones. Como padre, debes manejarlo con madurez y calma.
  1. Interesarse activamente en sus estudios, amigos y actividades: Los padres que participan en la vida de sus hijos tienen relaciones sólidas entre padres e hijos. Aprende lo que está pasando con ellos, entiende sus aspectos académicos y conoce a sus amigos. Manténgase en contacto regular con los maestros de su hijo o sea voluntario en la escuela si tiene tiempo libre.
  1. Escucha activamente: Escucha pasivamente mientras haces tu trabajo y responde con un » hmm » u » OK » ocasional entre programas que no te interesan. Cuando su hijo le hable, deje de hacer lo que esté haciendo y escúchelo. Dele toda su atención, haga preguntas o reitere lo que dijeron. Recuerde mantener el contacto visual mientras habla con ellos.
  1. Haga que el tiempo en familia sea importante: Coma juntos y hable de su día durante la cena. Haz que sea una práctica regular ir al cine, a eventos o a salidas familiares.
  1. Confía en tu hijo y sé digno de confianza: La confianza es la base de toda relación. Su hijo debe poder confiar en usted y sentirse seguro. Ganar su confianza, manteniendo sus promesas, dándoles privacidad y mantener su confianza. Sin embargo, no confíe en su hijo ciegamente, pero tenga sus cheques en su lugar.
  1. Anime a su hijo: Los niños necesitan estímulo y motivación constantes para desarrollar su confianza y autoestima. Si solo los criticas o los corriges todo el tiempo, sentirán que sus acciones u opiniones no se valoran.
  1. Respete a su hijo: Trate a sus hijos como individuos y reconozca sus opiniones y creencias. Si bien usted es responsable hasta cierto punto de formar creencias y opiniones, otros factores externos también contribuyen a ello. Respeta sus puntos de vista para que te respeten a ti.

El amor y el cuidado que le ofrece a su hijo construyen una relación saludable y positiva. Sin embargo, algunos problemas de comportamiento pueden llevar a una PCR deficiente.

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Cinco Problemas Que Pueden Arruinar la Relación Padre-hijo

La relación que se forma con sus hijos durante los primeros años constituye el fundamento para sus años posteriores. Si la relación temprana entre padres e hijos es tensa debido a varios problemas, la personalidad de su hijo se verá afectada. Estos son algunos problemas comunes de relación entre padres e hijos que debe evitar:

  1. Abuso físico y mental: Algunos padres (generalmente alcohólicos y adictos) pueden abusar físicamente del niño, mientras que otros pueden abusar verbalmente criticándolo, gritándole o acostándolo repetidamente, lo que puede dañar al niño.

El abuso durante la infancia podría convertir a los niños en adultos abusivos que maltratan a sus padres e hijos, creando un círculo vicioso.

  1. Falta de respeto: El respeto es mutuo y debe ganarse. Como padre, usted necesita proveer para el niño física, emocional, social y espiritualmente. Si no se atiende alguna de estas necesidades, los niños comienzan a faltarles el respeto a los padres. Estos niños tienden a desobedecer a los padres, romper las reglas y confiar más en los demás para sus necesidades y deseos.

Además, debe dar el debido respeto al niño en la forma en que habla y se comporta con él.

  1. Comunicación deficiente: La comunicación deficiente o inexistente entre el padre y el hijo puede ser frustrante. Esto generalmente se debe a la creencia de los padres de que sus hijos no los escuchan y a que los niños piensan que sus padres no los entienden. Esta perspectiva congela la comunicación entre los dos, lo que resulta en ira, amargura y tristeza.Codependencia: Algunas relaciones entre padres e hijos son codependientes; se espera que el niño cuide de los padres, especialmente cuando el padre está discapacitado o enfermo terminal. Por lo tanto, el niño asume la responsabilidad de hacer feliz a los padres, resolver problemas familiares o incluso realizar las tareas diarias en el hogar. También pueden anteponer las necesidades de sus padres a las suyas y crecer para tener una personalidad codependiente.Desconfianza: Si los niños cometen errores repetidamente o muestran un comportamiento rebelde, los padres tienen dificultades para confiar en ellos. Si los padres quieren restablecer la confianza, entonces necesitan dar a sus hijos la oportunidad de demostrar que son dignos de confianza.

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Es un hecho que la crianza de los hijos no es fácil. Pero entonces, depende de usted como adulto maduro y responsable, crear un vínculo saludable y amoroso con su hijo que les facilite la vida a ambos. Sin embargo, si tiene problemas graves con su hijo y no puede lidiar con ellos por su cuenta, sepa que la ayuda está a su alcance. Consulte a un psicólogo infantil para ayudar a su hijo y a usted mismo.

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