Algunos eruditos (Diccionario Teológico BDB) insisten en que el nombre de Simeón existía mucho antes de que se escribiera el Libro del Génesis (o se inventara el verbo tratado a continuación), y que, por lo tanto, la etimología y el significado original del nombre se pierden. Aquí en Abarim Publications encontramos estos hallazgos deliciosamente inteligentes, pero carentes de relevancia para la historia que se desarrolla en Génesis.

En Génesis 29: 33 el nombre Simeón está directamente relacionado con el verbo שמע (shama’), que significa escuchar:

La extensión waw-nun de nuestro nombre es una construcción normal para localizar o personificar una raíz.

Cuando nuestro nombre Simeón es revisado en un escenario hebreo, significa El Que Oye o El Hombre Que Oye. Pero también tenga en cuenta las sorprendentes similitudes entre nuestro nombre y la palabra griega σημειον (semeión), que significa marca o signo.

Otra asociación que podría haberse hecho fácilmente en el mundo griego es entre nuestro nombre y la palabra σιμος (simos), que describe las características de un rostro no semítico: una cara hueca y una nariz ancha y plana. Los griegos llamaban así a los egipcios y escitas, y Aristóteles incluso consideraba a todos los niños simoi. La variante latina simia vino a denotar simios, de donde proviene nuestra palabra en inglés «simian», que describe el infraorden que también incluye a los humanos. Esto invita a la sugerencia de que el nombre de Simeón Níger en realidad significa Nariz Plana Negra, e incluso que su personaje se refiere a una gama mucho más amplia de sabiduría, para incluir también sus comienzos muy antiguos (vea nuestro artículo sobre Noé para más información sobre esta idea).