Esto es lo que argumentamos desde el comienzo del episodio de Black Mirror. Entendemos que tenemos que lidiar con Internet, y no tenemos un libro de jugadas que seguir: No hay instrucciones para excavar desde ese túnel.
Una cosa está clara cuando nos acercamos al Himno Nacional: No hay reglas. Tenemos que improvisar para encontrar una solución.
La gráfica es conocida: La princesa Susannah ha sido secuestrada y será asesinada a menos que el Primer Ministro acepte aparecer en todas las redes británicas, terrestres y satelitales, mientras mantiene relaciones sexuales sin simulación con un cerdo.
Nos vemos empujados a esta trama paradójica y no podemos creer lo que está sucediendo en la pantalla de televisión: Como Primer ministro Michael Callow (Rory Kinnear) estamos paralizados por la petición monstruosa.
La relación con nuestras vidas digitales
Así es como Black Mirror sigue adelante: El Showrunner Charlie Brooker te golpea con algo inimaginable convirtiéndose en realidad. Y luego los obliga a enfrentar esta realidad para resolver un error inesperado en sus vidas digitales. Este es el fil rouge de todos los episodios de Black Mirror: Mostrando su profunda relación con la tecnología y los errores que generalmente no le importan.
En este caso, el error se trata de la desafección de la gente por la política y la atracción malsana por el espectáculo. No queremos sumergirnos en la política, por lo general queremos mantenernos a kilómetros de distancia de las cosas de la política (a menos que tengamos que quejarnos). Solo prestamos atención cuando la política es Hora del espectáculo. En el caso de Anthem, las personas se enfrentan a una relación sexual con un cerdo (una cosa muy asquerosa), y no pueden apartar los ojos de la pantalla y el próximo espectáculo. Así que la tecnología modifica sus percepciones y el Primer Ministro Callow ya no es una persona, se convierte en una tarjeta 2D.
Todos están decididos a ver cómo va a ser la situación en la que nadie se da cuenta de que la princesa Susannah ha sido liberada antes del momento en que habían acordado con el secuestrador, que no es más que el artista ganador del Premio Turner Carlton Bloom (que se suicida después de la exposición pública de PM).
Y aquí está lo que te muestra El Himno Nacional:
Cómo la tecnología roba tu moral sin que ni siquiera te des cuenta.
Y así te quedas desnudo, la moralidad se cancela. Como si la» pregunta de princesa » ya no importara.
Las redes sociales han perpetrado su obra maestra de manipulación. El Himno Nacional fue el primer episodio de Black Mirror, pero la declaración fue clara: Ten cuidado con tu comportamiento. Este es un mundo nuevo.