«Lo que el amor de Dios significa»

7. ¿Cuáles son algunos mandamientos de Dios, y qué hay que hacer para observarlos?

7 Juan explica que el amor de Dios significa «que observemos sus mandamientos”. ¿Cuáles son estos mandamientos? La Biblia nos lo indica. Entre otras cosas, Jehová prohíbe emborracharse, cometer inmoralidad sexual, adorar ídolos, robar y mentir (1 Corintios 5:11; 6:18; 10:14; Efesios 4:28; Colosenses 3:9). Para observar los mandamientos de Dios hay que vivir según las normas morales expuestas en la Biblia.

8, 9. Al enfrentarnos a situaciones sobre las que no hay ningún mandamiento bíblico directo, ¿cómo podemos saber qué quiere Jehová que hagamos? Ponga un ejemplo.

8 Sin embargo, para agradar a Jehová no basta con obedecer los mandamientos que él ha dejado escritos en la Biblia. Jehová no nos agobia con leyes que regulen cada paso que damos. De hecho, nos enfrentamos todos los días a muchas situaciones sobre las que no hay ningún mandamiento bíblico directo. En tales casos, ¿cómo sabemos si Jehová estará contento con lo que pensamos hacer? Pues bien, ¿dónde encontramos indicaciones claras sobre cómo ve Dios las cosas? Nuevamente, en la Biblia. Cuando la estudiamos, aprendemos lo que Jehová ama y lo que odia (Salmo 97:10; Proverbios 6:16-19). De este modo, vamos viendo cuáles son las actitudes y conductas que le agradan. Al ir conociendo la manera de ser y actuar de Jehová, se nos hace cada vez más fácil saber si una decisión está de acuerdo con la voluntad de Dios o no. Así, muchas veces logramos percibir «cuál es la voluntad de Jehová” sobre determinado asunto aunque la Biblia no contenga una ley específica (Efesios 5:17).

9 Pongamos un ejemplo. La Biblia no señala directamente en ningún sitio que evitemos los programas y películas inmorales o muy violentos. Pero ¿hace falta una ley directa que los prohíba? Ya sabemos lo que opina Jehová. En su Palabra deja muy claro que él «odia a cualquiera que ama la violencia” y que «juzgará a los fornicadores y a los adúlteros” (Salmo 11:5; Hebreos 13:4). Cuando reflexionamos en estas palabras inspiradas llegamos a comprender cuál es la voluntad de Jehová. Y por eso decidimos no entretenernos viendo imágenes muy gráficas de cosas que él odia. Este mundo trata de hacernos creer que las diversiones que promueven la corrupción son inofensivas, pero a Jehová le complace que las evitemos a toda costa. *

10, 11. ¿Por qué queremos obedecer siempre a Jehová, y con qué actitud le obedecemos?

10 ¿Cuál es la razón principal por la que obedecemos los mandamientos divinos? En otras palabras, ¿por qué deseamos vivir todos los días como Dios quiere? No es solo por ahorrarnos problemas o por evitar que él nos castigue (Gálatas 6:7). Obedecemos a Jehová porque comprendemos que es una magnífica manera de demostrarle cuánto lo amamos. Al igual que los niños desean la aprobación de sus padres, nosotros deseamos la aprobación de Jehová (Salmo 5:12). Él es nuestro Padre y lo queremos mucho. Nada nos produce más alegría ni más satisfacción que saber que nuestra conducta cuenta con la «aprobación de Jehová” (Proverbios 12:2).

11 Por eso, no servimos a Dios de mala gana ni tampoco poniendo condiciones o según nuestras preferencias. * No decidimos a nuestro antojo cuándo vamos a obedecer, quizás pensando en hacerlo solo si nos resulta cómodo o si no tenemos que sacrificarnos demasiado. Por el contrario, somos «obedientes de corazón” (Romanos 6:17). Como el salmista, decimos: » cariño a tus mandamientos” (Salmo 119:47). Así es, obedecemos a Jehová con gusto. Reconocemos que él merece —y de hecho nos lo pide— que le obedezcamos siempre y sin poner peros (Deuteronomio 12:32). Queremos ser como Noé, quien por décadas obedeció fielmente a Dios y así demostró cuánto lo amaba. De este modo, se dirá de cada uno de nosotros lo mismo que se dijo de él: «Procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así” (Génesis 6:22).

12. ¿Cuándo le damos una gran satisfacción a Jehová?

12 ¿Cómo se siente Jehová cuando le obedecemos con gusto? La Biblia dice que le alegramos el corazón (Proverbios 27:11). Pero ¿de verdad puede uno hacer feliz al Soberano universal? Sin lugar a dudas. Veamos por qué. Jehová nos creó con la capacidad de decidir por nosotros mismos qué vamos a hacer. Así, tenemos siempre la opción de obedecer a Dios o, por el contrario, desobedecerle (Deuteronomio 30:15, 16, 19, 20). Por eso, cada vez que decidimos hacer su voluntad porque lo amamos con toda nuestra alma, le damos una gran satisfacción (Proverbios 11:20). Y, además, estamos siguiendo el mejor modo de vivir.

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