Muchos temas de investigación en geofísica tienen implicaciones importantes para las políticas públicas; dos ejemplos considerados aquí son la climatología y los intentos de predecir futuros movimientos sísmicos del suelo. Una característica común de estos y otros campos de la geofísica es que se está trabajando mucho en la elaboración de modelos matemáticos, pero los esfuerzos para ensayar y validar esos modelos y evaluar sus incertidumbres han tendido a retrasarse. Los modeladores deberían hacer un mejor trabajo para aclarar lo que se sabe (incluidas estimaciones realistas de las incertidumbres) y lo que no se sabe. La política pública con respecto al cambio climático y la mitigación de riesgos sísmicos debe decidirse ahora, a pesar de las limitaciones del estado del arte de la modelización. Esas decisiones de política requieren necesariamente un compromiso y la búsqueda de consenso. Es esencial separar claramente la investigación científica y las decisiones sobre políticas públicas, de modo que las primeras se lleven a cabo siguiendo estrictamente las mejores prácticas de la ciencia sin compromisos ni intentos de forzar el consenso.