La incidencia de diabetes mellitus tipo 2 está aumentando en todo el mundo, y ahora es una de las principales causas de enfermedad renal terminal en los países occidentales. La diabetes mellitus tipo 2 también es un factor de riesgo importante para eventos cardiovasculares. Por lo tanto, la identificación temprana de los pacientes con mayor riesgo y el posterior inicio de tratamientos protectores renales y cardiovasculares son de suma importancia. La microalbuminuria se refiere a un aumento subclínico de la excreción urinaria de albúmina. Por definición, corresponde a una tasa de excreción de albúmina de 20 a 200 microg/min (30 a 300 mg/día) o un cociente albúmina/creatinina (mg / mmol) de 2,5 a 25 en hombres y de 3,5 a 35 en mujeres. La microalbuminuria es un hallazgo clínico importante porque no solo se asocia con un mayor riesgo de progresión a proteinuria manifiesta (macroalbuminuria) e insuficiencia renal, sino también a eventos cardiovasculares. En los pacientes que progresan a nefropatía manifiesta, la microalbuminuria suele preceder a la macroalbuminuria en un intervalo de 5 a 10 años. En pacientes con diabetes mellitus tipo 1, la presión arterial aumenta y la función renal disminuye tras el inicio de la macroalbuminuria. Sin embargo, en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, puede producirse hipertensión y disminución de la función renal cuando la excreción de albúmina se encuentra todavía en el intervalo microalbuminúrico. Ensayos clínicos grandes han demostrado que el logro de una glucemia ajustada (es decir, hemoglobina glucosilada < 7,0%) y la presión arterial (es decir, la presión arterial alta) son dos factores que contribuyen a reducir la presión arterial. < 130 / 85 mm Hg) el control retrasa la progresión de la enfermedad renal. Existe evidencia acumulada que sugiere que el uso de agentes antihipertensivos dirigidos al sistema renina-angiotensina (SRA) puede retrasar la progresión de la enfermedad renal y proporcionar cardioprotección en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y microalbuminuria. Los agentes antihipertensivos dirigidos al SRA también parecen tener ventajas por encima de las reducciones de la presión arterial sistémica. En resumen, el cribado anual de pacientes con diabetes mellitus tipo 2 para microalbuminuria y el inicio de medidas para retardar la progresión de la enfermedad renal y cardiovascular se consideran ahora parte de la práctica clínica habitual. En particular, el hallazgo de microalbuminuria debe provocar una modificación intensificada de los factores de riesgo comunes para enfermedades renales y cardiovasculares, es decir, hiperglucemia, hipertensión, dislipidemia y tabaquismo. El tratamiento antihipertensivo en pacientes con microalbuminuria y diabetes mellitus tipo 2 debe iniciarse con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de la angiotensina-II tipo 1.